Como bien sabéis es más que principal en cualquier terapia la motivación, además, el 90 por cien de cualquier comportamiento en un niño o niña diagnosticado de TEA viene dado por un desorden sensorial. La gran mayoría de nuestros soles se sienten invadidos diariamente por la gran cantidad de estímulos sensoriales que los desregulan y crean una saturación que les lleva a tal malestar que puede crear... cambios de humor, estereotipias, emociones descontroladas, etc.
Ante estas situaciones, debemos evitar la terapia conductista y favorecer la integración y/o estimulación sensorial de forma individualizada, dependiendo de las necesidades.
Por tanto, nuestra idea es... utilizar la tabla de SURF como herramienta para transmitir la energía del agua y despertar así emociones en los niños y niñas, crear un vínculo entre el terapeuta, el niño y el agua; aprovechando este momento y lugar tan motivador para casi todos los niños, de manera que trabajemos sensorialmente, reforzando todas aquellas entradas sensoriales que el momento nos ofrece: vestibular, propioceptivo, táctil, olfativo, visión y auditivo.
Si juntamos todos estos ingredientes, conseguiremos un momento de "terapia lúdica" y divertida donde el niño/a disfrutará mientras trabaja y evitaremos momentos de terapia encerrados en cuatro paredes e iluminados por luz artificial.... ¿no creéis?
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