Nos cuesta mucho entender y aprendernos las reglas del juego, pero una vez aprendidas, nos cuesta admitir unas pequeñas trampas, pero más aún que otros nos ganen... Por eso, seguimos jugando a juegos de mesa, porque, ¿Qué mejor manera que
trabajar la frustración, inflexibilidad y baja tolerancia al fracaso que en situación real y con actitudes verdaderas? ... y de paso, lo pasamos requetechupi!!!
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